lunes, 2 de marzo de 2015

La obligada compañía del corredor en círculos. Baja presión




26 de febrero de 2015

Bien, pues, después de un mes haciendo el cretino, para mí el invierno de nuestro descontento y la Navidad de 2014 termina este jueves 26 de febrero de 2015. El cielo, ceñudo, se apoderó de la tierra y nieves, heladas pavorosas y otros embozos y coartadas me han retenido lejos del Bernesga. Algo quizá tuviera que ver con las amontonadas resacas me debía decir que el agua es el único líquido recomendable cuando un día me llevé juntos para leer en la cama Moby Dick, Solaris y Relato de un naúfrago [que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre]. Escribo estas líneas con el juicio lleno de oceános, norays, estachas y cabrestantes y rodeado por más noticias naúticas de escorrentías, pleamares, aluviones y crecidas. En efecto, el río viene muy alto y marrón y produce insólitos ruidos marineros.


Creo que mi cuerpo no es un compañero, es una pandilla: con su listo, su musculines, su gordo, su calvo, su chino y su borrachín más o menos pelmazo.


Resoluciones: he decidido poner guiones en vez de paréntesis. Es más elegante, da más vivacidad al texto e incluso parece que estoy diciendo algo.











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