martes, 24 de marzo de 2015

La obligada compañía del corredor en círculos. Solipsismo


19 de marzo de 2015



Después de medio mes, salgo en la ciudad demediada y hago la mitad de mi recorrido. Noto que han pintado una parte del paseo del río la zona noble o septentrional: siempre hacen lo mismo—. La última vez asfaltaron dos de los cuatro carriles de la Corredera: la calle por la que —como exige su nombre— bajo trotando al río.

Hay quien dice que hace estas cosas (correr, doblarse, trepar…) para poner en orden sus pensamientos. Quizá por eso corro tan poco: mis escasos pensamientos se ordenan enseguida. Cada vez me parezco más al
—cómico— personaje que describe la canción Autosuficiencia —copia y parodia del No Feelings de los Sex Pistols—. Por la mañana hago una hora de coche de ida y otra de vuelta para ir yo solo a ver una exposición individual mía. Y para venderme como una prostituta borracha. Pero eso es otro tema. Por la tarde, como digo, corro.
Menos de lo que debiera.






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